martes, 10 de enero de 2012

Liderazgo estratégico

En un interesante artículo, publicado en HARVARD DEUSTO BUSINESS REVIEW (Mayo 2009), por Boas Shamir y Robert Hooijberg bajo el título “El liderazgo estratégico como gestión del significado”, se analizaban las diferencias entre un directivo (planificador, formulador de decisiones, ejecutor de estructuras y procesos) y un líder estratégico.
La gran diferencia estriba, según los autores, en la función de gestión del significado que realiza un verdadero líder y el impacto que esto tendrá sobre los resultados de la organización,  ya que puede influir sobre el significado que los miembros de su organización atribuyen a los diversos eventos y circunstancias, así como a su propio papel en el seno de la organización, con el fin de
·         crear percepciones e interpretaciones compartidas por los miembros de la organización sobre la situación
·         justificar las acciones y cambios en la organización
·         lograr seguidores y motivar a dichos miembros para que apoyen las acciones
Se afirmaba, y no parece discutible, que para implantar con éxito una estrategia, los líderes deben, tanto alinear las estructuras y procesos de la organización con la estrategia y entre sí, como alinear a las personas, los directivos y los trabajadores con la estrategia, las estructuras y los procesos desarrollados para respaldarla. Alinear a las personas requiere desarrollar modelos mentales comunes entre los miembros de la organización.
Dicho de otro modo, cuando los miembros comparten las percepciones, creencias y prioridades del líder, sus actividades tienen más probabilidades de alinearse mutuamente y con la estrategia de los líderes y, por consiguiente, se facilita la implantación de la estrategia.
Así pues, el liderazgo estratégico implicaría influir en las percepciones, las creencias y las prioridades de los miembros de la organización, para  crear y mantener sistemas de  significados compartidos que faciliten acciones organizadas para alcanzar las metas.
Para ello, los líderes tienen que proporcionar a los miembros de la organización respuestas comprensibles y asumibles a las preguntas básicas: ¿dónde se halla nuestra organización actualmente?, ¿por qué nos hallamos aquí?, ¿hacia dónde nos dirigimos?, ¿por qué nos dirigimos ahí?, ¿cómo vamos a lograr llegar? y ¿qué probabilidades tenemos de llegar a nuestro destino?
Por tanto, la gestión del significado por parte de los líderes estratégicos consiste, fundamentalmente, en definir las percepciones y las interpretaciones de los miembros de la organización con respecto a los siguientes elementos o categorías:
·        el entorno
·        el desempeño: la situación de la organización y su rendimiento
·        las metas: la visión y los objetivos de la organización
·        los medios: la conveniencia de los diferentes medios, decisiones y acciones utilizados por la organización para lograr sus objetivos
·        la eficacia: la capacidad de la organización para avanzar hacia metas significativas

Puede encontrarse el artículo completo en: 

Cabe preguntarse si es frecuente, o siquiera posible, encontrar entre los directivos de  nuestras empresas este perfil de líder carismático. ¿Significa que, en caso contrario, estas empresas están abocadas al fracaso en la implantación de cualquier estrategia de cambio?. Por fuerza, la respuesta debe ser NO.

La experiencia nos ha llevado a apoyar, con convicción, un perfil de “directivo estratégico”, esto es, que teniendo una visión estratégica, es capaz de aplicar métodos rigurosos para formular, planificar y ejecutar la estrategia. Creemos en un líder que comunica la estrategia de forma comprensible y convincente, porque sustenta las ideas con datos y hechos.

Un plan estratégico bien formulado e implantado es la gran palanca para ejercer ese tipo de liderazgo estratégico por parte del directivo.
·        Al realizar un diagnóstico riguroso de la situación, la empresa y su entorno desde las perspectivas relevantes, que pueda ser presentado y entendido por todos  los miembros de la organización, se establece un significado compartido sobre entorno y desempeño.
·        Estableciendo un posicionamiento objetivo para los factores clave en cada perspectiva, de forma coherente e integrada, alineado con la visión a medio y largo plazo, se facilita una percepción común de las metas y se clarifican las prioridades.
·        Formulando las líneas estratégicas, que vertebrarán todos los planes de acción, desarrollando los programas que deben llevar a la organización a realizar la visión, y explicitando, con toda la concreción necesaria, esas acciones y su viabilidad financiera, se da respuesta clara a la pregunta de ¿cómo vamos a llegar allí?
·        Presentando, de forma sintética pero comprensible, el plan estratégico (visión, posicionamiento objetivo en los factores clave, líneas y programas estratégicos), de tal manera que pueda ser recordado y/o consultado por los miembros de la organización, se dispone de la piedra angular del sistema de significados compartidos que facilitarán las acciones organizadas hacia las metas.   
·        Por último, disponiendo de un sistema de dirección que alcance la formulación, el seguimiento y la actualización del plan estratégico, se fortalece la capacidad de la organización para llegar a alcanzar sus metas, y se refuerza la motivación de sus miembros. 

En estos momentos difíciles y, para muchas empresas, turbulentos, es necesario que los directivos desarrollen su visión estratégica y asuman su función de liderazgo al frente de su organización. En un entorno de gran incertidumbre y cambios rápidos, las empresas no pueden quedar bloqueadas, ni por la duda ni por el exceso de análisis. Los directivos deben aunar firmeza en la decisión y poder de convicción para mostrarse como verdaderos líderes. El Plan Estratégico de su empresa será su mejor herramienta.

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